Esta receta solo se puede hacer un lunes. Por qué, no hay por qué.
Paso a paso de la receta
1. Más vale maña que fuerza. Saqué del freezer un bife de cuadril, lo descongelé y lo corté en tiritas finas. Lo mariné con oliva, un ajo machacado, toque de sal, mucha pimienta negra recién molida y apenas de comino.
2. Salteé la carne en una sartén y la desglacé con la marinada. Para que no me reten, cuando digo desglasar, digo levantar los sabores que se pegan al fondo de la sartén, con algún líquido, para no perderlos e incorporarlos a la preparación final.
3. Ya que abrí el freezer, saqué un par de tortillas que tenía stockeadas de una vez que pedí comida árabe por delivery en la primera época de pandemia, la de mayo o junio del 2020, cuando no se salía o bien se salía con una bolsa del super bajo el brazo o disfrazado de runner. Les dí un toque de calor en la tostadora vieja escuela, vuelta y vuelta, hasta que recuperaron la maleabilidad.
4. Sin prisa, pero sin pausa, ahora abrí la heladera y me dirigí a la parte inferior de la misma. Ahí encontré media lechuga y un tomate. Corte ambos en tiritas finas.
5. El resto del cuento es previsible, o al menos eso creo yo. De abajo hacia arriba, va plato, tortilla, lechuga, carne, tomate, yogurt sin sabor, y perejil o cilantro.
6. Para terminar, recuerdo que ese lunes, porque fue un lunes, me abrí una cerveza negra del Día y comí mirando la lluvia, que iba de arriba hacia abajo.
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