Antes de comenzar, si no sos hincha de la quinoa, es lo mismo, pero con arroz, como la vieja escuela. Resolvé tu cena en quince minutos.
Paso a paso de la receta
La clave es la previa. Colocar la quinoa en un colador y lavarla un par de pares de veces, bajo agua fría (para sacarle la saponina). Preparar un buen caldo, o en este caso, un mal caldo. Cubito y a la bolsa.
Limpiar bien los tubos de calamar, ya tiernizados. Abrir al medio y hacer cortes superficiales en diagonal y perpendicular (bah...como se te cante). Luego cortar rectángulos.
Para el risotto, en una ollita con oliva saltear puerro, cebolla, ajo y jengibre, todo cortado en cubitos bien bien chicos. Una vez que toman color, agregar sal y la quinoa. Cocinar un toque. Desglasar con algún vino blanco de precio módico, pero no tan módico. Agregar caldo caliente, mezclado con la tinta, a medida que lo vaya pidiendo. Fuego bajo, revolver y paciencia. En 15 minutos está. Si te copa, al final mandale manteca fría (yo hoy no lo hice).
Mientras se cocina la amiga quinoa, en un wok o sartén con un toque de oliva o girasol, saltear 2 minutos los calamares.
Emplatar los calamares sobre la quinoa y agregar un toque de perejil o cilantro.
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