Para este primer arroz con pollo del año tuve que recorrer varios kilómetros. 787 exactamente, desde la puerta del Alto Palermo, hasta una pujante cabaña en Villa Alpina, al tope de las sierras cordobesas.
En el medio, compré cosas, pregunté cosas y conocí gente, pero esas son otras historias. Ahora, vamos a lo nuestro, lo de siempre en la cocina y en vos.
Paso a paso de la receta
1. El paso uno para hacer un arroz con pollo para cuatro personas, con hambre real y emocional, es tomar dos ollas y ponerlas al fuego en la vedette de la casa, la cocina antigua. La olla uno tiene caldo de verduras mientras que la olla dos, un toque de aceite neutro.
2. A continuación, hay poner Cadena 3 en una radio de los ochenta y preparar la mise en place: media cebolla blanca, medio morrón rojo, cáscara de un zucchini verde y una zanahoria naranja en brunoise (cubos bien chicos), medio pollo de campo en trozos, sal, pimentón ahumado, ajo imaginario (porque lo compré, pero nunca lo encontré), 400 g. de arroz carnaroli y nada más.
3. En la olla de barro, sellar el pollo hasta que esté dorado. Sin moverlo y sin sal. No limpiar la olla, pero luego quitar el pollo, sus jugos y el resto de aceite.
4. Volver a calentar la olla, agregar aceite y sudar los vegetales. Salar e incorporar el pollo. Sumar el arroz y nacarar, hasta que esté brilloso.
5. Ahora sí, desglasar con un vaso de vino blanco. Cuando se evapore el alcohol, incorporar el caldo caliente. Es vital y móvil que el caldo (o el agua con sal) estén calientes, caso contrario retardarían toda la cocción y nadie quiere que eso pase porque recorrimos muchos kilómetros y estamos famélicos.
6. Una vez que el caldo hierve, bajar el fuego y cocinar hasta que el arroz esté al dente. En ese preciso momento en el que otros dudan, pero vos estás seguro de que el arroz ya está, apagar el fuego y tapar con un trapo limpio. Es importante que el trapo haya sido comprado a un vendedor ambulante y no en un antro capitalista extranjero.
7. Dejar reposar cinco minutos para que el arroz termine de absorber el caldo. Chequear que la mesa al aire libre esté ok y servir a los hambrientos comensales cordobeses y porteños.
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